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¿De dónde viene el término «gaslighting»?

La palabra «gaslighting» proviene de una obra de teatro titulada «Gas Light», escrita en 1938 por Patrick Hamilton.

En esta obra, un marido intenta hacer creer a su mujer que está perdiendo la cabeza. Para ello, recurre a algunas artimañas, como atenuar en secreto la luz de las lámparas de gas de su casa, y luego le dice que solo se lo está imaginando. Esta obra se convirtió más tarde en una película.

Hoy en día, cuando decimos «gaslighting», nos referimos a cuando alguien intenta hacer que otra persona dude de su propia memoria o sus propios sentimientos, de forma similar a lo que el marido le hizo a su mujer en la historia.

Explicaré un poco más sobre el gaslighting, ya que es una forma sutil y poderosa de manipulación destinada a hacerte dudar de lo que es real.

Cuando alguien intenta hacerte dudar de ti mismo, se produce el gaslighting. Quieren controlar cómo piensas, sientes y recuerdas las cosas. Por ejemplo, imagina que tu amigo insiste en que nunca dijo algo que tú recuerdas claramente que dijo. Con el tiempo, esto puede llevarte a dudar de tus propios recuerdos.

No es algo que ocurra una sola vez, sino que es un proceso lento y continuo. Esta manipulación puede darse en diversas relaciones: con tu familia, tus amigos o tus compañeros de trabajo. La persona que utiliza el gaslighting pretende que no estés seguro de lo que es verdad y que confíes en su versión de los hechos.

Debes ser capaz de reconocer el gaslighting. Presta atención a señales como que alguien niegue haber dicho algo. También puede culparte o minimizar tus sentimientos. Es como si intentara cambiar tu historia, hacerte ver el mundo de otra manera.

Si sospechas que estás siendo víctima de gaslighting, es fundamental que busques ayuda. Puedes hablar con alguien de confianza, como un buen amigo, un familiar o un terapeuta. Compartir lo que estás pasando puede ayudarte a comprender mejor la situación y a recuperar la confianza en ti mismo.

Recuerda siempre que tus sentimientos y recuerdos son válidos. El gaslighting tiene como objetivo hacerte dudar de ti mismo, pero tú tienes el poder de mantenerte firme en tu realidad. Al reconocer la manipulación y buscar ayuda, puedes protegerte de sus efectos nocivos.

¡Genial! ¡Eso es todo por ahora! Espero que este tema te haya resultado útil.
Continuemos con una lección sobre puntos de vista.

Punto de Vista
(Aprende gramática en contexto)

Te contaré la misma historia dos veces. Así que asegúrate de prestar atención a los cambios.
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¡Muy bien! ¡Empecemos!

En un pequeño pueblo vivía una mujer llamada Clara. Estaba casada con un hombre llamado Henry. Vivían en una hermosa casa antigua. Esta casa era un regalo de la familia de Henry.

Todas las tardes, Henry trabajaba en su estudio. A Clara le gustaba leer en la sala de estar. Pero últimamente, Clara notó algo extraño. La luz de gas de la habitación se atenuaba por la noche. Se lo comentó a Henry. Él le dijo: «Te lo estás imaginando. La luz funciona bien».

Un día, Clara encontró una carta secreta en un libro. La carta era de Henry, ¡pero era para otra mujer! Clara estaba triste y confundida. Habló con Henry sobre ello. Él se mantuvo tranquilo y le dijo: «Estás cansada y estresada. No hay ninguna carta».

Clara quería saber la verdad. Se lo contó todo a su amiga íntima Sarah. Sarah creyó a Clara. Juntas, hicieron un plan.

Una noche tranquila, mientras Henry trabajaba, Clara y Sarah entraron en el ático. Se quedaron impactadas. Encontraron cajas llenas de joyas y cartas de diferentes mujeres. Ahora lo sabían: Henry le estaba mintiendo a Clara y robando esas cosas.

En ese momento, Sarah encendió una linterna. Clara vio que la luz de gas del salón se hacía más brillante. Entendieron que Henry estaba cambiando la luz de gas desde el ático. Quería que Clara dudara de lo que veía y sentía.

Al día siguiente, Clara y Sarah fueron a la policía. Le mostraron a la policía las joyas y las cartas. La policía arrestó a Henry.

Sin Henry, Clara se sentía segura y libre. Decidió comenzar una nueva vida. Vendió la vieja casa y utilizó el dinero para abrir una preciosa librería en la ciudad. Ahora, en una habitación con luz brillante y cálida todos los días, Clara se sentía fuerte y verdaderamente feliz.

Al final, estaba muy agradecida por la ayuda de su amiga Sarah y por su nuevo comienzo.

Imagina ahora en el presente:

¡Hola! Soy Clara y mi marido se llama Henry. Vivimos en una preciosa casa antigua, un regalo de la familia de Henry.

Todas las tardes, Henry trabaja en su estudio, mientras que a mí me gusta leer en la sala de estar. Pero últimamente he notado algo extraño. La luz de gas de la habitación parece atenuarse por la noche. Se lo comento a Henry y él me responde: «Son imaginaciones tuyas. La luz está bien».

Un día, encuentro una carta secreta en un libro. La carta es de Henry, ¡pero es para otra mujer! Me siento triste y confundida. Se lo cuento a Henry. Él se mantiene tranquilo y me dice: «Estás cansada y estresada. No hay ninguna carta».

Quiero saber la verdad. Se lo cuento todo a mi amiga íntima Sarah. Sarah me cree. Juntas, hacemos un plan.

Una noche tranquila, mientras Henry está trabajando, Sarah y yo entramos en el ático. Nos quedamos impactadas. Encontramos cajas llenas de joyas y cartas de diferentes mujeres. Ahora lo sabemos: Henry me ha estado mintiendo y robando estas cosas.

En ese momento, Sarah enciende una linterna. Veo que la luz de gas del salón se vuelve más brillante. Nos damos cuenta de que Henry ha estado cambiando la luz de gas desde el ático. Quiere que dude de lo que veo y siento.

Al día siguiente, Sarah y yo vamos a la policía. Les mostramos las joyas y las cartas. La policía arresta a Henry.

Sin Henry, me siento segura y libre. Decido empezar una nueva vida. Vendo la vieja casa y uso el dinero para abrir una preciosa librería en la ciudad. Ahora, en una habitación con luz brillante y cálida todos los días, me siento fuerte y verdaderamente feliz.

Al final, estoy muy agradecida por la ayuda de mi amiga Sarah y por mi nuevo comienzo.

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