Transcripción:

– Vamos a pasar un poco de miedo. Bueno, en realidad no. Vamos a escuchar unas historias de miedo súper cortas. Cada historia tiene una frase, más o menos.

– En la segunda parte, vamos a escuchar una historia de punto de vista para aprender gramática en contexto sin memorizar ninguna regla aburrida.

Hoy me gustaría hablar del miedo. Bueno, no voy a hablar en serio de ello porque ya tenemos muchas historias de miedo reales en las noticias.

En realidad, hablaré de algunas historias de miedo que pueden contarse en pocas palabras. He aquí un ejemplo: «Tenemos que hablar».

Efectivamente, la expresión «tenemos que hablar» puede desencadenar todo tipo de emociones, incluido el miedo, sobre todo si lo dice tu pareja. Pero esa es otra historia.

Veamos la primera:

«Esta noche hay una fiesta y va a venir toda la familia».

Aquí tenemos un caso típico de pánico inducido por la familia. Aunque suele ser bueno reunirse con la familia, para algunos puede ser aterrador. Y si no me crees, todos hemos oído historias sobre familias en Navidad.

¡De acuerdo! Sigamos con otra historia de miedo súper corta:

«Sabemos quién eres y dónde vives».

Hmmm… Bueno… Sí, puede dar miedo. Imagina que recibes una llamada telefónica de un número oculto; te dicen esto y cuelgan. O quizá recibas una nota con esa misma frase. ¿Cómo reaccionarías si recibieras este tipo de mensaje?

Bueno, veamos otra historia de miedo súper corta.

«Saber de dónde venimos y a dónde vamos».

Esta puede ser aterradora. Sobre todo si te equivocas de autobús y vas al lugar equivocado 🙂 Aunque entiendo que esta frase tiene una dimensión más trascendente, lo cierto es que da que pensar. Dar que pensar a alguien significa hacerle pensar seriamente en algo.

De acuerdo. Veamos la siguiente:

«Voy a hacerte una oferta que no podrás rechazar».

Debo confesar que he oído esta frase antes, y siempre que escucho a alguien decir esto, ¡me da pánico! Porque normalmente esta supuesta oferta esconde muchas cosas que no quieren que sepas. Es la típica frase que puedes escuchar cuando alguien quiere venderte algo por teléfono. Y muchas veces son demasiado insistentes. Insisten demasiado.

¡Vale! ¡Otra historia de miedo súper corta!

«¡Abre la boca, por favor!»,

Bueno… no sé qué decir. Supongo que el contexto es cuando estás en el dentista.

Ciertamente, para muchas personas, ir al dentista es algo que no esperan en absoluto. Es casi aterrador.

(FIN DEL EXTRACTO)

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